Me registré en un hotel durante un viaje de trabajo y al sentirme un poco<br />
solo y con una sensación de libertad que nunca había sentido, decidí <br />
llamar<br />
a una de esas "empresas de acompañantes", de esas que reparten información <br />
a<br />
la salida de los aeropuertos en algunos lugares.<br />
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Entre los papeles que tenía, encontré a una que se llamaba "Verónica" y<br />
después de analizar con cuidado la fotografía, me decidí a llamarla.<br />
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Levanté el teléfono con mis manos (que temblaban y sudaban por la<br />
expectativa) y marqué el número que indicaba.<br />
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- ¡Hola! - contestó un mujer con una sensual voz.<br />
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- ¡Hola! Veo que sabes dar masajes y la verdad es que necesito que vengas <br />
a<br />
mi habitación y me des uno muy bueno. No, espera, en realidad lo que <br />
quiero<br />
es sexo! Tengo ganas de tener una larga sesión de sexo salvaje ¡pero ya!<br />
Estoy hablando en serio, deseo que dure toda la noche y estoy dispuesto a<br />
participar de cualquier cosa... si eso tiene un nombre que puedas <br />
pronunciar<br />
¡yo puedo hacerlo! Trae toda clase de implementos, accesorios y juguetes<br />
para que te asegures que me mantendré despierto toda la noche...quiero que<br />
me amarres, inmovilices y que me llenes el cuerpo con lo que quieras para<br />
después limpiarnos uno al otro, ¿qué te parece?<br />
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- Suena fantástico, pero para hacer llamadas externas, primero marque 9.
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