Claro claro. Lo triste es que la única razón por la que no se introduce la posibilidad de que los árbitros revisen sus decisiones viendo una grabación en vídeo, es que los programas de tertulia deportiva no sabrían de qué hablar. Coño señores, que un partido dura hora y tres cuartos, si alguien todavía tiene más tiempo libre, que aprenda bricolaje o que vea Oliver & Benjy en DVD.
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