CODIGO<br />
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Había en un pueblo un anciano sacerdote que ya estaba cansado de que sus<br />
feligreses llegaran a confesar que habían cometido adulterio. Un domingo, dijo<br />
durante el sermón:<br />
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-Si escucho a otra persona confesar el pecado de adulterio, renunciaré.<br />
Pues bien, todos apreciaban al padre, así que se pusieron de acuerdo para usar<br />
un código. En vez de decir que habían cometido adulterio, dirían que habían<br />
"caído.<br />
Esto satisfizo al sacerdote, y las cosas marcharon bien hasta que el anciano<br />
falleció. Fue remplazado por un sacerdote más joven.<br />
Varios días después el nuevo sacerdote visitó al alcalde con expresión<br />
preocupada.<br />
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-Señor, debe hacer algo con las aceras de este pueblo. Cuando la gente viene al<br />
confesionario siempre dicen que se han caído.<br />
El alcalde se dió cuenta de que nadie le había dicho al sacerdote lo del código,<br />
y empezó a reírse. Pero antes de que pudiera explicar el padre lo señaló con un<br />
dedo acusador y exclamó:<br />
-Yo no sé de qué se está riendo, pues su esposa se ha caído tres veces esta<br />
semana...<br />
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