El profesor que tuve yo era bastante bueno. Pero si nos para la guardia civil, habría dado positivo. Parabamos unos minutos cada día en la clase para que se tomara un orujito en un bar Burgos o sus alrededores, y mi clase era la primera o la segunda de la mañana. Por cierto, cada día parábamos en uno, y todos los camarerros le conocían. Pero en fin, tuve suerte y me le saqué a la primera. Aunque, en una cuesta abajo, un pastor alemán que se me cruzó durante el examen casi lo impide. Pero frené más rápido que mi profesor, y solo fue una historia para contar sin más.
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